Investigadores del INTA realizaron un mejoramiento genético de forrajes con amplia adaptación a suelos bajos, salitrosos y con gran resistencia a sequías e inundaciones temporarias.
Los resultados experimentales denotaron un desarrollo inicial lento, y luego de unos meses se formaron grandes matas y abundantes forrajes.
Este nuevo producto puede ser utilizado en un amplio rango de regiones de la Argentina, en suelos que presenten salinidad, sodicidad y anegamientos temporarios.
Fuente INTA.